Por el sendero florido y extenso,
bajo el sol que todo lo abraza,
y el aroma del lilas inmenso
y el eco que danza y se abrasa.

Los ríos susurran promesas,
y el viento su dulzor me ofrece,
y en la vida, traviesa con besas,
el mundo su canción me teje.

  • Francisco de Quevedo